Velas Sudamérica 2010: Como si fueran un museo
El director del Museo Naval de la Nación explica por qué el encuentro internacional es considerado de valor museal.
BUENOS AIRES - El Museo Naval de la Nación tiene por objeto difundir la historia naval, los intereses marítimos de la Nación e incrementar la conciencia marítima en la población.
Su director, el capitán de navío (RS) Horacio Molina Pico, reflexionando acerca del Encuentro Internacional “Velas Sudamérica 2010” aporta una visión particular del evento: “desde los museos no podemos dejar de ver que han venido a ayudarnos en nuestra tarea desarrollando una provechosa actividad museal”.
“Velas Sudamérica ha reunido una colección maravillosa de naves, algunas con ocho décadas de surcar los mares, todas con valiosa carga de tradiciones marineras de los distintos pueblos, testimonios fieles de la vida del hombre en su entorno marítimo”, manifestó.
Destaca que esos veleros vinieron a dar prueba de conservación del patrimonio cultural material, todos ellos hitos de la ingeniería naval; y del patrimonio inmaterial constituido por los particulares modos de sentir, saber, decir y hacer que conforman el arte marinero.
Además, según el director del Museo, trajeron un enorme cúmulo de investigación en las ciencias aplicadas a la navegación, para hacer posible a cada nave cumplir sus metas en términos competitivos.
Este rico patrimonio estuvo abierto a públicos masivos y lo estará cada puerto del recorrido que aún tienen en su proa los grandes veleros. Millones de visitantes asistieron a visitarlos en las dársenas en las que amarraron hasta el momento –en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile--, lo que convirtió a los buques en inmensas salas abiertas de museo, sumando a esto valiosas actividades náuticas y culturales.
Es por todos motivos que, según explica el capitán Molina Pico, “Velas Sudamérica ha cumplido todas aquellas acciones que el Consejo Internacional de Museos enseña que debe hacer un museo (http://museosvirtuales.azc.uam.mx/sistema-de-museos-virtuales/escritos/ICOM.html). Sólo faltaría que fuera una organización permanente para ser un museo. Es una aspiración utópica, pero al menos podemos bregar para que tenga una repetición periódica”.
El Museo Naval de la Nación
Fundado el 20 de mayo de 1892 y administrado por la Armada Argentina, está situado en el Paseo Victorica Nº 602 de Tigre (Buenos Aires).
El edificio, fielmente conservado, fue construido para instalar los primeros Talleres de Marina, estación de Torpedos y Escuelas, y fue apostadero de torpederas de la Escuadra. Actualmente es Monumento Histórico Nacional.
En el museo hay varias colecciones, entre ellas numerosos modelos de buques, de aeronaves de la Aviación Naval, cañones, torpedos y material histórico de la Armada. Para contactarse con el Museo Naval de la Nación el teléfono es (011) 4749-0608 y el mail: museonaval@hotmail.com
23/04/10
GACETA MARINERA
http://www.nuestromar.org/noticias/mar_calmo/25_04_2010/30177_velas_sudamerica_2010_como_si_fueran_un_museo
museologica
Wednesday, April 28, 2010
Monday, January 25, 2010
El museo estático
Hay que justificar el gusto de las señoritas: lo bonito suele ser necesario.
[Quisiéramos que los museos fueran más bonitos.]
¿Qué idea de la vida pueden darme esos catorce jarrones chinos formados en hilera, y ni siquiera expuestos al mercado? ¿Esos tres mandarines metidos como momias tras de la vitrina? ¿Ese mueble de laca aislado con rejas, precisamente para que no pueda yo abrir sus mil cajones?
Los museos debieran confundirse con la misma vida. El señor mandarín estaría sentado en su sillón, bebiendo su té, junto a su mesa, en la sala de los jarrones. En rigor, a la entrada de la galería deberían proporcionarme un traje de mandarín para que pudiera yo sentirme chino un instante.
El circo, con sus pantomimas y representaciones de la vida asiática o africana (y dicen que americana), es un complemento indispensable del museo.
Queremos quemar los museos y fundar el museo dinámico, el cine de bulto, el film de tres dimensiones, donde el bordador chino borde tapices chinos, y donde el espectador pueda, si le place, ser también personaje y realizar sus múltiples capacidades de existencia. Éste –oh [Paolo] Mantegazza es el verdadero museo de las pasiones humanas, donde cada cual, a fuerza de ensayos, descubra las dos o tres leyes de su conducta. Queremos el museo-teatro-circo, con derecho a saltar al plano de las ejecuciones.
¡Ir al museo fuera entonces como ir al gimnasio, y ellas y nosotros, todos quedaríamos satisfechos! Se conservaría, pero sin disecar. Porque no todos tenemos aficiones de coleccionador, ni siempre es tolerable ver la vida en restos de naufragio; una mano, un cendal, un anillo, una bolita de cobre, un ojo de vidrio –estúpido, providencial.
Sala de exposiciones temporales.
2. El texto entre corchetes corresponde a lo que no coincide con el mismo texto publicado en el tomo II de Obras Completas de Alfonso Reyes, Fondo de Cultura Económica, 1995.
http://books.google.com.mx/books?id=BM3Ae8Y8y_UC&pg=PA292&lpg=PA292&dq=el+museo+est%C3%A1tico&source=bl&ots=61q9JpWE7y&sig=RsEQvZWq4YShvNokfLsbRWIbRHc&hl=es&ei=dG5eS87nKoO1tgemz8WXAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=6&ved=0CBwQ6AEwBQ#v=onepage&q=el%20museo%20est%C3%A1tico&f=false
Monday, November 24, 2008
Tuesday, November 04, 2008
Museos imaginarios
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